lunes, 16 de junio de 2008

Exposición del rector sobre la autonomía universitaria del rector a los tercios estudiantiles y REAs

El martes 10 de junio a las 12:30 en el auditorio de Humanidades tuvo lugar una reunión extraordinaria de todos los tercios estudiantiles y los REAs (representantes estudiantiles en la asamblea universitaria) con el rector Luis Guzman Barrón y los vicerectores Marcial Rubio y Efraín Gonzales de Olarte. El tema que se trató fue el de la autonomía universitaria y de los esfuerzos de la universidad por preservarla a raíz del conflicto con Cipriani. La presentación se complementó con la entrega de un libro sobre el tema.

Como recordarán, en octubre pasado fallaron en primera instancia en contra de la demanda que nuestra casa de estudios interpuso contra la pretensión del cardenal Cipriani de arrogarse la administración de nuestros bienes. Esto se debió a motivos de forma (se había fallado en contra de la Universidad San Martín de Porres en un pleito con alguna vaga semejanza con este) mas no de fondo, según se afirma. Se espera una nueva sentencia alrededor de diciembre o enero. Como es usual, nuestras autoridades expresaron su confianza en tener la razón de su lado. Por mi parte, y creo que al igual que muchos, soy más suspicaz, no he dejado de considerar la posibilidad de que los dados estén cargados (Alan y compañía nunca nos han tenido mucha simpatía, otras universidades privadas desean serrucharnos el piso, el Opus parece tener las riendas de la Iglesia)

Según se nos informa:

. El Vaticano jamás ha apoyado las posiciones del cardenal en el conflicto (pese a que nuestro rector, de hecho, es el primero que no ha sido ratificado por la Iglesia)

. Cipriani, desde antes de llegar al arzobispado, ha manifestado pretenciones de intervenir en los asuntos de la universidad y pretende como Gran Canciller (dignidad que tan sólo le da la potestad de ratificar los nombramientos de catedráticos de teología) tener atribuciones superiores a las del propio rector.

. Su predecesor en el arzobispado había dejado zanjado cualquier futuro conflicto dejando una junta administradora de la herencia de Riva Aguero (que en verdad está lejos de formar el grueso de los bienes de la universidad) y ratificando nuestra autonomía en cualquier otra cuestión administrativa.

. La salida que plantean los más radicales de romper todo vínculo con la Iglesia está descartada, sólo se contempla la posibilidad de darnos un nombre propio (posiblemente el de su fundador o su rector más destacado) y quizás renunciar al título de pontificia (el cual, se nos dijo, es en nuestro caso puramente honorífico)

Ante nuestras interrogantes sobre si la universidad estaba dispuesta a hacer concesiones para "apaciguar" al arzobispado se nos contestó que la Católica está muy satisfecha con la posición que ocupa de espacio participativo, crítico y pluralista, la cual no tiene por qué contradecirse con los valores que la rigen. También negaron vehementemente que se hubiesen estado volviendo una universidad-empresa por seguir a la competencia, pues hay representación estudiantil en la toma de decisiones (y ciertamente en la San Martín o en la de Lima no hay tercios ni asambleas ni centros federados) y no se limita solo a entregar títulos sino a investigar. Declaraciones de buenes intenciones, a las que, sin embargo, no hay que mirar con tan mala fe. Solo espero que haya coherencia y que no vengan después con que hay que dejar de hablar de temas como género o de derechos humanos para quedar bien con un cardenal intolerante.

Por ahora se cree mucho en el uso de la razón y en el debido proceso, también en que la prensa nos seguirá apoyando (quizás porque usualmente es más progresista que nuestro pueblo). No dejo, sin embargo, de inquietarme y de pensar en el papel que nos tocará a alumnos y profesores si todo esto fracasa. Por ahora solo nos queda, como se nos dijo en esta ocasión, estar pendientes e informados de los sucesos. Sea como sea hay que estar preparados para pasar a la acción, yo estoy dispuesto a luchar, espero que mis colegas también lo estén y que alumnos en profesores en general dejemos de lado nuestras diferencias y salgamos a defender cuanto a hecho grande a la Católica, haciendo entender al resto de la sociedad la necesidad de sumarse pues, después de todo, nuestra universidad ha realizado y realiza un servicio a la nación.

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